Ministerio BETANIA Noviembre 2004 |
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Volveremos a encontrarnos |
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En estos días la Iglesia celebra el
Día de los Fieles Difuntos, y los nuestros estarán
muy cerca de nuestro corazón. Después de haber pasado
por el dolor de haber perdido un hijo, una hija al mismo tiempo que reconocemos nuestro propio proceso de sanación puede que nos venga a la mente el pasaje del evangelio de San Juan: "También
ustedes ahora están tristes, pero cuando los vuelva a ver, su corazón se llenará de alegría, y nadie podrá quitarles esa alegría." (Jn 16,22). Estas palabras
en las que Jesús se refiere veladamente a su resurrección,
se refieren también a todos aquellos que han muerto en Él. Estando en Sevilla no hace mucho, me llamó
mucho la atención algo que leí en el periódico. Era una madre de 85 aZos que pedía consejo pues estaba pasando por algo que nunca pensó le ocurriría: el dolor de perder un hijo. Y allí estaba ella que cuando
pensaba que iba a vivir su retiro en paz, esa paz le había sido robada. La historia no me sorprendió. Lo que
sí me sorprendió fue la respuesta que le dieron, especialmente
porque lo estaba leyendo tan lejos de aquí en la península
ibérica. En la columna de consejos reconocieron con la seZora que le había tocado pasar por lo que no es lo normal: que una madre
vea morir a su hijo. Por supuesto su vida ha sido impactada para siempre y eso es un reto para una persona de sus edad. Sin
embargo, en la misma columna citaban a Elizabeth Kubler-Ross: "En la larga jornada, cada persona tiene que decidir
por sí misma si sale del dolor triturada o purificada@. Continuaban hablándole de las diferentes etapas emocionales que hay que pasar según las teorías de la Dra.
Kubler-Ross cuando se sufre una pérdida, y le hablaban de la negación, de la cólera, de la negociación, de la depresión y
de la aceptación. Y por supuesto también le dijeron a la señora que comprendían
cuanta amargura había en su corazón y que en verdad tenía todo el derecho de estarlo, pero que para su propia paz de mente
necesitaba llegar a aceptar su realidad. Cuando Kubler Ross hablaba de la aceptación, ella no veía esa aceptación desde un
punto de vista pasivo o fatalístico, no, aunque tampoco dijo que era una etapa de felicidad. Lo que ella quería decir era que es una etapa donde se ponen a un
lado los sentimientos, donde uno para de reñir con la realidad que es nuestra situación. También la
edad nos forza a enfrentar situaciones muy difíciles cuando nuestra energía está mas débil y por lo tanto tenemos que ser
mucho mas creativos para poder seguir viviendo lo mejor posible. La Dra. Kubler-Ross decía que ella creía no habían accidentes
que todo pasaba por una razón positiva. Y estando en la madre patria,
que nos enseñó el amor del Señor, me sorprendió mucho que no le dijeran también a esta señora que el camino al cielo
está lleno de sufrimientos pero también de muchos regocijos, y que nuestro Padre celestial ni siquiera a la Virgen le quitó
la agonía de ver a su hijo morir, pero si le dió el consuelo de saber que El estaría en buenas manos en la casa de Su Padre,
como también lo están nuestros hijos, y que en la Resurrección juntos estaremos
y como nos dice el versículo de Juan ATambién vosotros estáis tristes ahora,
pero volveré a veros y se alegrará vuestro corazón@ y así se cumplirá de
lleno la esperanza de la última etapa de la aceptación. Amén
Con todo mi cariño y devoción al ministerio de BETANIA, Elaine M. Syfert
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