Al comienzo de este nueva aZo, junto con mis mejores deseos y bendiciones quiero compartir con ustedes una buena nueva: el Papa Juan Pablo II ha proclamado el AZo de la Eucaristía desde octubre del 2004 a octubre del 2005.

Es una buena nueva porque la Eucaristía es el gran misterio de amor por el caul Cristo viene a nosotros a hacer su morada en nuestras vidas a compartir nuestro dolor, a consolarnos, fortalecernos y darnos luz para una nueva esperanza. Debe ser un aZo de renovación de nuestra fe y de profundización de nuestra vivencia de la relación personal con Jesús Sacramentado y de nuestra participación en la misa.

La carta del Papa Mane Nobiscum Domine que abre este AZo de la Eucaristía tiene una parte muy hermosa titulada "Contemplar con María el rostro de Cristo." ¿Quién mejor que María para entender el dolor de ustedes, padres que han perdido hijos? María pudo haber pasado por esa noche oscura del espíritu de la cual habla profundamente Santa Teresa de Jesús y San Juan de la C. En verdad una espada de dolor atravesó su corazón como ha atravesado el corazón de ustedes, padres y madres que han experimentado la pérdida de un hijo. Ella mejor que nadie nos lleva a Cristo Resucitado, Eucarístico, el Cristo presente y solidario que ha preparado una morada eterna a nuestros seres queridos con el gran amor que le llevó a derramar su sangre en la Cruz.

Con la Fiesta del Bautismo del SeZor terminamos el tiempo de Navidad y comenzamos el tiempo litúr-gico llamado "Ordinario" o "Tiempo durante el aZo". Éste, a través de las lecturas bíblicas proclamadas cada domingo nos quiere conducir a una dinámica de discípulos de Jesús que le sigan, que participen en su vida, en su apostolado, en la edificación de su reino entre nuestros hermanos.