LLEGANDO A LA PASCUA

Ya estamos en plena marcha hacia el monte santo del Senor, hacia esa cumbre preciosa que da sentido a toda nuestra existencia: La Pascua. El paso de la muerte a la vida que no conoce ocaso. Cuaresma es eso, una peregrinación dinámica desde las tinieblas de nuestras debilidades, de nuestros pecados, de nuestras caídas y limitaciones hacia esa luz inagotable que nos brinda Cristo. La Vigilia Pascual en la plenitud de la Semana Santa expresa muy bien esta realidad cuando bendecimos el fuego y de el encendemos el Cirio que representa a Cristo Luz de las naciones.

La Cuaresma como todos saben, es un tiempo fuerte de preparación al acontecimiento que da sentido a toda la vida cristiana, a los sacramentos, a la Iglesia y a todas sus instituciones. Nada tendría sentido si Cristo no hubiese resucitado. Es preparación a la Pascua de Resurrección.

En este tiempo la Iglesia, que es Madre y Maestra nos va llevando en una dinámica de conversión iluminada por el mensaje de cada domingo que nos brinda la Palabra de Dios. El primer domingo de Cuaresma de este ciclo (A) nos hizo un llamado a la conversión y a la perseverancia y lucha que ella implica presentandonos el ejemplo de Cristo tentado por el maligno en el desierto. La conversión no tránsita y se desarrolla por un camino de rosas sin espinas, todo lo contrario. Hay tentaciones, hay pruebas pero al final vencemos si perseveramos en Cristo, como Cristo persevero en Dios Padre y venció. Cristo no solo nos llama a la victoria, sino que nos da la gracia, la capacidad para vencer.

El segundo domingo nos presentaba la meta del cambio y la motivación de la meta hacia la cual nos dirigimos a traves de la Transfiguración del SeZor. La transfiguración es un anticipo de la resurrección y es un llamado a transfigurarnos en creaturas nuevas coforme al corazón de Cristo. El tercer, cuarto y quinto domingos nos presentan a Cristo como fuente de agua viva (dialogo de Jesús con la samaritana), como Luz del mundo que cura nuestra ceguera (Curación del ciego de nacimiento) y como Resurrección y Vida ( Resurrección de Lázaro).

La Cuaresma nos quiere llevar desde y a traves de la lucha por nuestra conversión hasta la victoria de resucitar como criaturas nuevas en Cristo Luz, Agua, Vida que no conoce fin, para que tengamos vida y vida en abundancia. Muchas veces me ha parecido que la Cuaresma es como un resumen de toda nuestra vida, con sus victorias y fracasos, luchas, esfuerzos, caídas y levantadas, y el Viernes Santo expresa de modo especial todo ese conjunto de pasiones y sentimientos que conforman nuestra vida. Experimentamos la tentación de Pedro, la traición de Judas, el miedo de los apostoles que huyen y abandonan a Jesús, y de modo especial ustedes, mis hermanos de Betania han experimentado y experimentan el dolor de María al ver a su Hijo amado clavado y muerto en la Cruz. Quien sabe cuantas interrogantes habrán surcado la mente de María en un momento de dolor. Por muy consciente que estuviera ella de la misión de su Hijo, no dejaba de ser madre y sentir con corazón de madre. Que dolor tan hondo y desolador.

Y María nos ensena a creer, a confiar, a ser fuertes, a encontrar la paz que se basa no en bases movedizas, sino en la roca que es Dios Nuest ro SeZor, María nos lleva de la mano al Cristo Glorioso que pasa de la muerte a la vida y nos abre las puertas de la esperanza.

Cuantos interrogantes y hasta protestas no habrán surcado sus mentes mis hermanos y hermanas en ese momento tan doloroso de la pérdida de sus hijos. No podemos decir que fue la voluntad de Dios, Dios no es un sádico, no entendemos por que pasan muchas cosas, lo mas que podemos decir timidamente y con mucha humildad es que topamos con un misterio que solo en la vida eterna quizas podremos comprender al menos en parte. Lo importante es que Dios nos ama. Dios te ama. Dios pasa de la muerte a la vida para que tu, yo y tu hijo, o hija que ya ha pasado a la eternidad, gocemos un dia de esa vida eterna que no conoce ocaso. Hoy y siempre El nos llama a resucitar. Podemos estar fisicamente vivos pero muertos en espíritu, físicamente viendo y ciegos del alma. Dios quiere que recobremos la vista de la fe y la vida de la gracia. Que esta Pascua de Resurrección mis amados hermanos de Betania les fortalezca y renueve en una fe cada vez mas sólida y proveedora de la paz y consuelo que tanto necesitan.

Con el amor de siempre, su Hermano en Cristo,

P.Eduardo R.Jimenez.

Director Family Enrichment Center