El Corazón de Jesús
En Mayo
celebramos a nuestra Madre del cielo, María y a nuestras madres de la tierra. En Junio, celebramos a nuestros padres y al
Sagrado Corazón del que todo lo ha dado por nosotros, Jesurcristo nuestro Redentor.
Es una
bonita asociación: Cristo, que se entrega en obediciencia al Padre Celestial por nuestra salvación y la honra y el recuerdo
de nuestros padres que han entregado su esfuerzo y desvelos por nuestro crecimiento, sustento y educación. Hay un refrán que
dice: “Padre es cualquiera, madre una sola”. Esto es un error. Padre
no es cualquiera porque decir esto es reducir la misión y vocación de padre a ser simplemente un procreador o en el mejor
de los casos un proveedor. Y aunque haya casos reales donde existan padres que
deshonran ese nombre con su mala conducta, irresponsabilidad o mediocridad, esto no puede tomarse como la regla general. Hay
muchos padres buenos, honrados y abnegados, y no podemos definir lo general positivo desde lo particular negativo.
La paternidad
es una vocación y misión sublime, y Cristo Redentor es una fuente viva y sabia de inspiración y enseZanza para la vivencia de esta paternidad, porque El entrega
su ser, su vida, para que nosotros tegamos vida y vida en abundancia. Eso es
lo que hace un padre cristiano que toma en serio su vocación y su misión. Que Dios bendiga y premie a nuestros buenos padres
cristianos.
En junio
recordamos cómo el 16 de Junio de 1675 se le apareció Nuestro SeZor y le mostró su Corazón a Santa Margarita María de Alacoque. Su Corazón estaba rodeado de llamas
de amor, coronado de espinas, con una herida abierta por la cual brotaba sangre y agua, y de su interior salía una cruz. Santa Margarita oyó que Jesús le decía: “He aqui el Corazon que tanto
ha amado a a humanidad , y en cambio , no recibe de la mayor parte de la humanidad más
que ingratitud, irreverencia y desprecio.” Con estas palabras el
SeZor nos dice en què consiste
la devoción a su Corazón. La devoción está dirigida a la persona de Jesús y a su amor no correspondido, representado por su
corazón. Dos pues, son los actos esenciales de esta devoción: amor y reparación.
Amor por lo mucho que nos ama. Reparación por las muchas injurias que recibe, sobre todo en la sagrada eucaristía.
Con cuanta confianza nos
dirigimos frecuentemente al SeZor
diciendole !Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío!. Especialmente en los momentos dificiles de la vida. Particularmente
ustedes, hermanos de Betania cuando en su dolor de perder a un hijo o hija no han tenido otro corazón en que refugiarse que
el de ese Cristo de la Infinita Misericordia, que nos dice continuamente “Vengan a mi todos los que estan cansados
y agobiados, que yo los aliviare. Sí, Jesús en su amor infinito nos acompaZa y nos fortalece, se solidariza y camina con nosotros. El tambiPn espera una respuesta de nosotros, que
con el mismo amor que hemos sido consolados, consolemos y fortalezcamos a los demás.
Hay un momento en el proceso de nuestra
existencia que tenemos el reto de dejar de sentirnos y autotratarnos como víctimas para dar un paso y apoyar y robustecer
a aquellos que son más debiles que nosotros y aún tienen abierta y sangrante la herida de la pèrdida de un hijo.
Que el
Corazón de Jesús les siga bendiciendo y fortaleciendo siempre, hermanos y hermanas.
Pero sobre todo que les dè el valor y capacidad para ir en ayuda de tantos como ustedes necesitan ser escuchados, comprendidos
y consolados en el momento terrible que quizás ahora mismo están pasando, Dios que te llama, te da la fuerza. Amalo y repara,
comprome- tièndote con El.
Atentamente en el Señor,
P.Eduardo Jimenez
Director
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