Ministerio BETANIA ENERO 2006
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AÑO NUEVO: VIDA NUEVA CON MARIA DE NAZARETH |
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Al comenzar este nuevo año del Señor, quiero llegar a ustedes con una cordialísima
felicitación llena de los mejores deseos por la Navidad y este nuevo período de vida que nuestro Dios nos está regalando.
Me parece muy hermoso e interesante que la Iglesia nos regala el primer día del año la “Fiesta de Santa Maria Madre
de Dios”, como para poner bajo la maternal guía e intercesión de Nuestra Señora
nuestras vidas con todos sus retos y necesidades. El Evangelio de San Lucas en su captíulo 2, versículos 15b-19 dice así: “En
aquel tiempo, los pastores se decían unos a otros: -Vamos derechos a Belén, a ver éso que ha pasado y que nos ha comunicado el Señor. Fueron
corriendo y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Todos
los que lo oían se admiraban de lo que les decían los pastores, Y María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.” Cuántos
recuerdos, experiencias, acontecimientos guardó María en su corazón, pero no lo
hizo en una forma simplemente pasiva o sentimental, las meditaba, las convertía en sabiduría, orándolas, hablándolas con Dios,
extrayendo de ellas las enseñanzas y revelación que venían del Altísimo. Cuánta
fuerza y cuanta luz pudo sacar de todo eso cuando cumpliéndose la profecía del anciano Simeon, “una espada de dolor
atravesó su alma”. Sí, María,
Madre de Dios y Madre de la Iglesia nos enseña a contemplar los acontecimientos de la vida y descubrir en ellos la mano de
Dios, los signos de los tiempos, la parte positiva y la cuota de gracia y luz que hay en cada hecho o situación. Que difícil
es humanamente hablando lidiar con la experiencia de la pérdida. Personalmente he experimentado el sentimiento de querer morir
cuando alguien profundamente querido de mi familia ha dejado este mundo. Uno siente que se cae el mundo, que no puede continuar
sin la persona que falta, tan amada, tan querida, tan entrañable, tan necesaria, pero aquí es donde María nos enseña y nos
alcanza fuerza de parte de Dios y sobre todo nos hace descubrir que mientras más pobres, desvalidos y vacíos nos encontramos,
más ricos y fuertes somos, porque contamos única y exclusivamente con el amor, la compasión, el consuelo y el cariño infalible
de Jesús. Si Dios está con nosotros, quien contra nosotros.
No en balde, aquella campeona de amor a Dios y a María Santísima, Santa Teresa de Avila en uno de sus escritos decía:
Nada te turbe, Nada te espante, Todo se pasa, Dios no se muda, La paciencia todo lo alcanza Solo Dios basta.
Mis queridos hermanos y hermanas de Betania, al comienzo de este 2006 dispongámonos con María a guardar todas las cosas
cotidianas de la vida para meditarlas en nuestros corazones con la paz de Dios y el gozo del Espíritu. Dios nos ama, está
presente y camina con nosotros. Nunca estamos solos pues Cristo no defrauda.
Reiterando mis mejores deseos para este año nuevo, una vez más les bendice en el Señor,
P.Eduardo R.Jimenez
Director Ministerio Familiar
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