ABRIL 2006

Con fé y devoción hemos celebrado la “Santa Cuaresma” muriendo a todo quello que nos aparta del amor de Cristo para resucitar con El y en El transformarnos en nuevas criaturas dispuestas a ser sus discípulos y peregrinar con El para siempre.

El gozo del tiempo Pascual brota de la experiencia del paso de la muerte a la vida, de la esclavitud a la libertad , del pecado a la gracia, de la ausencia de Dios a la presencia consoladora, pacificadora y vivificadora del Dios del amor, la paz y la compasión. Cuanto dolor, cuanto vacío, cuanta ausencia pueden sentir nuestros corazones, sobre todo cuando lidiamos con la realidad de la pérdida!. Y no me refiero a pérdidas materiales, me refiero a las más dolorosas como las que ustedes conocen muy bien, pérdidas de seres queridos, y más aún entrañables como la de los hijos. Ahí es donde Jesús, Señor de la Vida, y del Amor sin límites viene a ser bálsamo y apoyo, caricia y sustento, palabra y compromiso, viene a peregrinar con nosotros. Muere con nosotros para vivir eternamente con nosotros y permanecer fiel en las buena y en las malas.

Mis queridos hermanos y hermanas de Betania, quiero invitarlos a meditar y convertir en oración el siguiente texto poético escrito por el P.José Vandor, cuya causa de beatificación está en proceso y del cual les hablé en el anterior boletín.

Jesús Eterno Peregrino

Jesús, sol divino, eterno,

Que en llamas de amor ardes

Y tu día no conoce tardes;

Donde Tú estas no hay invierno.

Viniste a traernos luz y calor

Que tenemos el alma helada

Y la mirada débil y velada,

Víctimas del pecado y error.

Como en aquel día lejano

La madre dulce y triste en Belén,

Recibes del alma el desdén

En quien entrar tratas en vano.

Peregrino humilde, manso,

Buscas el dolor, la herida

Para sanar y dar vida;

Llamas, esperas sin descanso.

Tambien buscas al corazón

Que con amor acepte sufrir

Y contigo en la cruz vivir

Y darte amor y reparación.

Te quiero mi corazón abrir;

Cuando vienes a traerme amor,

Cuando quieres y buscas amor

Y cuando invitas a sufrir.

Jesús, quiero estes conmigo,

Trueques mi alma en tu morada

Do pasar juntos la jornada

Hasta que llames ir contigo.

Que el Cristo Glorioso de la Pascua, nos ayude a aumentar nuestra fé, de modo que seamos capaces de peregrinar con El y saber que El camina a nuestro lado, que El peregrina con nosotros. De esa forma tendremos fuerza no sólo para peregrinar con El hacia la Patria definitiva, sino para ayudar a muchos otros hermanos a caminar en el gozo y la paz del Señor Resucitado.

Deseándoles una “Feliz Pascua de Resurrección” queda de ustedes,

P.Eduardo R.Jiménez

Director del Ministerio Familiar


				Ministerio BETANIA *ABRIL 2006*



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