Ministerio BETANIA ENERO 2007
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“La Estrella de la Epifania”
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Mis queridos hemanos de Betania, al comenzar este nuevo período de gracia que el Señor nos regala, que es el 2007, quiero expresarles mis más fervientes deseos de felicidad, salud, paz y toda suerte de bendiciones. De corazón: !Feliz Año Nuevo!.
En este momento me gustaría invitarles a reflexionar sobre esa gran fiesta que es la Epifanía del Señor, y que popularmente
conocemos como la fiesta de los Reyes Magos. Epifanía es una palabra griega que
significa manifestación. Es la manifestación del amor universal de Dios a todos
los pueblos, razas y condiciones humanas de la tierra. Dios se sirvió de una estrella, entre otros signos, para manifestar
su misterio de amor salvador revelado en el Niño Jesús. La Epífanía es como la
cumbre y síntesis de todo el misterio de la Navidad, pues en sí expresa desde el acontecimiento de la Encarnación hasta la
manifestación del mismo a todos los pueblos. Los reyes magos venidos de Oriente,
representan a todos esos pueblos no judíos a los cuales el Señor también viene a darse.
La estrella es el signo que Dios envía para invitar, para anunciar a aquellos “extranjeros” no pertenecientes
al “pueblo escogido”, la buena nueva del nacimiento del Mesías. Y los reyes de Oriente, ante la estrella, se regocijan,
creen, se ponen en marcha, con la intención y convicción de ir a adorar al Niño que viene a salvar al mundo. El oro, incienso
y mirra que ofrecen, son expresión de su reconocimiento, de su fe y de su voluntad de glorificar a Dios. Pero es curioso el contraste de la reacción de otro personaje: Herodes, ante el mismo signo. Para Herodes,
miembro oficial del “pueblo escogido”, la estrella es una amenaza, trae una noticia que representa un obstáculo a su poder, a sus aspiraciones e intereses políticos y económicos. No hay espacio aquí para la
fe y la adoración, sino por el contrario, ordenará una gran matanza de inocentes con el fin de asesinar al Niño Dios, que
tiene que huir con sus padres a Egipto como tantos exiliados y refugiados de hoy que escapan de los herodes actuales.
Sí, un mismo signo, y viniendo de Dios, puede tener distintas reacciones, según esté nuestro corazón. Hoy la estrella
continúa llamando de parte de Dios a adorar su gloria. Hoy también es Epifanía o Manifestación del Amor de Dios. Pero depende
de nosotros saber reconocer la estrella, saber reconocer el signo y responder con un corazón abierto al don de la fe y que
quiere glorificar a Dios. Siempre que alguien ayuda a otra persona es Epifanía, siempre que se comparte, es Epifanía. Cuando
vemos casos como el señor del metro de Nueva York que se arrojó a la linea del tren para salvar a otro ser humano, es Epifanía.
En nuestro mundo, en nosotros mismos hay sufrimientos, problemas, ansiedades, temores, la pérdida de un hijo o de una
hija, en fin, tantas cosas. Se nos puede caer el mundo encima y sentirnos no como estrella, sino estrellados. Pero es ahí
donde tenemos que reforzar el sentido de nuestra fe, creer, abrirnos al don de Dios, recordar que el siempre está presente
amándonos y llamándonos a su banquete, a su Navidad y que siempre quiere manifestarnos lo más lindo: “YO LES AMO
Y LES AMARE SIEMPRE”. Pero recordemos que es imperativo orar y vivir an la presencia
de Dios, para que ante los signos de Dios, sepamos responder como los reyes de Oriente y no como Herodes. Quiero aprovechar esta ocasión para compartir con ustedes el gozo de la celebración
de mis bodas de plata sacerdotales. El domingo 28 de Enero a las doce del día con la presencia de nuestro Arzobispo Juan Clemente
Favalora, celebraré mis veinticinco años de ordenación sacerdotal en la Parroquia de “Good Shepherd” ubicada en
Sunset y la 142 Avenida del South West. Todos están invitados.
Deseándoles de nuevo un Año 2007 ilumindo por la estrella de la fe, el amor y la caridad, les bendice como siempre,
su hermano en Cristo,
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P.Eduardo R.Jiménez Director del Ministerio de Familia |
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